miércoles, 7 de julio de 2021

Mundo roto

Hoy me levanté aproximadamente a las 11 de la mañana, un poco tarde para algunos, quizás un poco pronto, me esperaba el dolor al fondo de la cama como un túnel alargado y dirigido. Me desperté con desazón en el vientre, con un grito dormido en el pecho, con mucho desconsuelo, he de decir, mucho. Las últimas noticias le han quitado luz a la mañana y he llorado, he llorado por Samuel, al que mataron hace unos días de una paliza 7 cobardes; 7 hombres con sus nombres y apellidos llenos de odio e intolerancia, seguramente el mismo odio e intolerancia que se procesan a ellos mismos. Y lloré por ellos también de una forma poco elocuente, lloré por esa masculinidad rota, por esta sociedad rota, lloré por las políticas fascistas que están en el poder ahora, y no hace falta que diga el nombre del partido ya todos y todas sabéis el nombre, un partido político que enaltece valores que sobrepasan el conservadurismo arcaico y rompen vidas... pero no son los únicos responsables de los ataques que han sufrido muchos jóvenes las últimas semanas por su orientación sexual, tampoco son los únicos responsables de que sigan muriendo mujeres a manos de sus parejas y que hayan todavía tantos niños maltratados y abusados. Todos somos responsables de crear la sociedad en la que vivimos, cuando vas a votar a las urnas también eres responsables, cuando hablas y das un mensaje, todo lo que dices también es político, como actúas, tus secretos, lo que compartes y lo que guardas, tus vínculos y la responsabilidad afectiva para con ellos, tus pasos cuando caminas por la calle, lo que reciclas y lo que tiras al suelo, todo es responsabilidad y ejemplo. Todas todos somos ejemplo en cada acto coherente o incoherente que lanzamos a este mundo y que siga muriendo gente por sus ideas también es responsabilidad de tod@s. Tampoco intento dar lecciones a nadie ni soy perfecta ni lo pretendo, sólo quiero gritar y como no puedo escribo mis pensamientos, escribo de una forma simple en una prosa directa y fácil, no intento demostrar nada, ni aparentar lo que no soy, tan sólo intento liberar mi ira, mi rabia, mi tristeza por este mundo roto y muchas veces cruel. Los derechos humanos son universales y uno es la libertad de expresión, la libertad humana tan importante y tan poco valorada, pocos somos libres en este mundo y tampoco podemos llamarnos libres, estamos atrapados en este Matrix. Quiero volatilizar esta soledad compartida, este grito unitario, quiero correr y despertar por las calles del mundo en libertad, que se nos respete por lo que somos, que se nos respete la palabra y que no se de por sentado lo que queremos, pues queremos todo y queremos lo mejor, no solo para unos cuantos; compartir es vivir, y vive y deja vivir y ama, porque el amor es lo único que te vas a llevar cuando te mueras y todos y todas moriremos algún día!! Ojala entre muchos y entre pocos vayamos cambiando esta realidad porque se puede y es posible, el inconsciente colectivo sigue siendo parte de la sociedad y mueve mares y atropella consciencias. Compartamos nuestra verdadera esencia, compartamos aquello que hemos venido a mostrar sin el miedo ni la opresión, que el estado nos represente y nos proteja, que la policía sea un eje vertebrador de paz o que deje de existir. Que la energía del dinero pueda llegar a la gente, a los que están a pie de calle, a cualquiera que tenga hambre. Que la paz sea dentro de nosotros para poder ser fuera, porque el odio y la intolerancia matan y no nos hacen evolucionar, busquemos la dicha y la risa, el abrazo y el amor. Puedo parecer muy idealista pero es lo que soy, transparente y escribiente de realidades que buscan traspasar fronteras y mentes cerradas. Con amor siempre es más fácil.


Irina

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